El desarrollo humano como guía para el avance de la Inteligencia Artificial

El jueves 27 de noviembre se presentó en el Multiespacio UCSF el libro “Atlas de Inteligencia Artificial para el Desarrollo Humano de América Latina y el Caribe”, a cargo de su autor, Gustavo Beliz. La actividad fue organizada por la Librería y Editorial de la UCSF 

“La idea de poder presentar este Atlas hoy aquí surgió en un encuentro que tuvimos con Gustavo en la Casa de Santa Marta, en el Vaticano. Para nosotros es una alegría enorme que una persona de su talla y trayectoria esté compartiendo con nosotros este libro tan interesante que se enmarca, creo yo, en lo que es la esencia del magisterio de León XIV”, expresó el rector de la UCSF, Mg. Lic. Eugenio Martín De Palma, quien junto al presidente del Directorio, Dr. Armando De Feo, y demás autoridades participaron de la presentación.

También estuvieron presentes representantes de las instituciones que acompañaron el evento: Proyecto Deporte Solidario, Mesa del Diálogo Santafesino, Espacio de Diálogo Interreligioso, PEC (Profesionales y Empresarios Cristianos) y Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa-Santa Fe. 

El psicólogo Matías Dalla Fontana, referente de Proyecto Deporte Solidario, agradeció a la Universidad Católica de Santa Fe por “cobijar estos temas que son verdaderamente estratégicos, por permitirnos concretar cierto liderazgo en la conversación pública en Santa Fe de tópicos que son verdaderamente cruciales”.  

Y compartió: “La IA aparece tal vez como un nuevo mundo. Necesitamos algunas verdades sólidas a las cuales cernirnos para andar en estas mudanzas: la integralidad de la persona humana, el valor de la comunidad y la importancia del encuentro. Para los que nos dedicamos a la empresarialidad debe ser posible aunar el desarrollo, la innovación y la generación de riqueza con el respeto por el trabajo humano, que es lo que está seriamente atacado”. 

Participaron, además, el vicerrector Académico, Dr. Guillermo Kerz, el vicerrector de Formación, Pbro. José Luis Ayala, el secretario de Justicia de la Provincia, Santiago Mascheroni , decanos de las unidades académicas, invitados especiales, alumnos y público en general. Asimismo, se recibieron las salutaciones del gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, del intendente de la ciudad de Santa Fe, Dr. Juan Pablo Poletti y de la presidenta de la Cámara de Diputados de la Provincia, Clara García. 

Uso crítico y necesidad de normas globales

“El libro tiene que ver con la necesidad de que la Inteligencia Artificial ponga en el centro al ser humano, que no lo desvirtúe en su sentido, que lo ayude a mejorar muchos aspectos de su vida, en la salud, en la educación, en el medio ambiente, pero que no le haga perder autonomía y que no le haga perder dignidad”, afirmó Gustavo Beliz.  

Y agregó: “El trabajo llevó muchos meses de esfuerzo y estoy muy contento de estar aquí para poder presentarlo, iluminado también por valores que tienen que ver con la doctrina social de la Iglesia y el magisterio del papa León XVI, trayendo también lo planteado por León XII en su momento y por Francisco en los últimos años”.  

Beliz es político, abogado y periodista. Se desempeñó como ministro del Interior, ministro de Justicia, y como secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia de la Nación Argentina en distintos períodos. Actualmente es miembro de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales. 

Desde su vasto bagaje y amplia investigación, el autor se refirió a los cuidados que deben tenerse en cuenta por posibles perjuicios que puede traer consigo el uso de la IA: 

“La prevención es buena, no nos tiene que paralizar. La inteligencia artificial no es un sujeto. Dependerá de lo que nosotros como seres humanos hagamos con ella, desde el rol de los usuarios hasta los responsables de generar normas globales de políticas públicas, en un marco que tenga la ética por diseño. La ética tiene que estar en el diseño de la inteligencia artificial; son las personas las que tienen que tomar las decisiones y los responsables públicos los encargados de que las reglas del juego sean claras”.  

Sobre cómo poner esto en práctica, amplió: “En el caso de las personas, no confiando en los chats, teniendo pensamiento crítico, respaldándose en ellos para profundizar conocimiento, pero teniendo siempre la última decisión.  

Yo lo comparo con un avión. Un avión tiene un piloto automático cuando va navegando, tiene un montón de radares que funcionan digitalmente y que no requieren la participación del ser humano. Pero para los momentos críticos, un avión tiene un piloto, un copiloto y una tripulación, tiene seres humanos que se encargan de velar por que todo salga correctamente.  

Si hay reglas de juego claras, la inteligencia artificial puede servir a la humanidad. Si es una suerte carrera armamentística, como lamentablemente también vemos en algunas ocasiones, eso no sirve al ser humano. Por eso es tan importante lo que se plantea a nivel global en Naciones Unidas y también desde otros ámbitos que tienen a la ética como como principal preocupación”.  

Gustavo Beliz, autor del libro y actual miembro de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales.

Integridad de la persona y cuidado del planeta

El Atlas tiene aproximadamente 600 páginas, es una carta de navegación. La propuesta gira en torno a tres urgencias clave: primero, una IA que promueva la paz mediante convenios globales similares al control nuclear, evitando su uso bélico o en discursos de odio; segundo, una IA que genere justicia social, redistribuya beneficios tecnológicos y reconfigure el contrato social con métricas inclusivas en trabajo, salud, educación y transparencia estatal; y tercero, una IA orientada al desarrollo humano integral, vinculada con la acción climática y finanzas sostenibles. 

En el libro se documentan numerosos proyectos locales: desde mejorar cultivos y optimizar recursos hídricos y energéticos, hasta personalizar la educación, fomentar la inclusión financiera y fortalecer la participación cívica. Estos casos muestran cómo la IA puede ser diseñada con “ética por diseño” para promover dignidad humana, bienestar comunitario y una casa común cuidada ecológica y digitalmente. 

“Estoy muy contento por haber llevado adelante este proyecto con un equipo de investigadores jóvenes y que permite tomar conciencia, no para negarse, sino para precaverse y para tener esperanza en que el ser humano puede manejar esto si tiene valores y virtudes apropiadas detrás”, concluyó Beliz.  



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