Pensar el arte, pensar la imagen

Diálogo con la magistranda a cargo de la Diplomatura de Arte más Crítica que dicta la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Católica de Santa Fe, Prof. Lic. Ayelén Jésica Poggi. 

La Diplomatura de Arte más Crítica que dicta la Facultad de Filosofía y Humanidades de la UCSF concluyó ya su primer módulo, de un total de cuatro. “Es una propuesta pensada para docentes, que trata de llevar el tema del arte a un ambiente y una problemática más actual, usando el concepto directamente de imagen, no tanto de obra específica”, aclara Ayelén Poggi, quien dicta la Diplomatura.  

Poggi es Licenciada en Filosofía por la UCSF, Profesora Tercer Ciclo EGB y Educación Polimodal en Filosofía, y Magistranda en Educación Artística en la UNR. Explica que este espacio apunta a “ver desde el punto de vista filosófico, cuáles son las características de las imágenes que en este momento tenemos, cómo las consumimos, cómo las producimos, cómo interviene eso en la construcción del sujeto, y en la construcción de la sociedad”. 

Esta diplomatura está destinada a docentes de todos los niveles educativos sin importar la especialidad, ya que plantea al arte como herramienta metodológica para generar un pensamiento crítico en el aula, independientemente de la materia, espacio disciplinar o desempeño docente que realice el cursante. 

 

Internet y lo postfotográfico

En la era postfotográfica “se ha producido una segunda revolución digital, caracterizada esta vez por la preeminencia de internet, las redes sociales y la telefonía móvil. Todas las facetas de la vida, de las relaciones personales a la economía, de la comunicación a la política, se han visto sacudidas por completo: el mundo se ha convertido en un espacio dirigido por la instantaneidad, la globalización y la desmaterialización” (Fontcuberta, 2017, p. 31). 

Esta desmaterialización permite la creación de mundos, poniendo en crisis el concepto de representación. La desmaterialización permite vivir directamente en la representación. Y aún no se han analizado suficientemente las consecuencias que esto acarrea. 

Lo postfotográfico entonces no hace referencia a una condición técnica de la fotografía en donde nuevos parámetros desplazarían a otros, sino a la “desintegración de una cultura”, a la “transmutación de unos valores” (crf. Fontcuberta, 2017). 

 

Lo que no se ve

“Las imágenes nos bombardean todo el tiempo y con esa sensación como de asfixia, creemos que tenemos acceso a cualquier imagen o que todo puede llegar a ser visto. En la diplomatura planteamos que hay imágenes que faltan. No todo está representado, y hay artistas que se encargan de buscar cómo plasmar esos ejemplos: ¿Qué pasa con aquello que no se ve? ¿y por qué no se ve?”, sugiere Poggi. 

Tal es el caso de Kerry James Marshall, artista de color, que comienza su producción en los años 60, en plena “crisis de la representación”, y auge del arte abstracto. Para él, la crisis de la representación no pasaba por la abundancia, sino por la ausencia de representación de negros en la pintura.  

Así comenzó un proyecto de actividad artística desde los años 70 en adelante, para ir poblando los museos con pinturas que citan a la historia del arte tradicional, siguiendo las modalidades de la “alta pintura”, pero con imágenes negras. Se abocó a escribir o reescribir una historia del arte que no existía. 

“Escuela de Belleza, escuela de Cultura”, de Kerry James Marshall

El poder de la imagen

Hay varias teorías que muestran cómo la construcción de la subjetividad individual se va transformando a partir de las imágenes, y cómo ha variado este proceso de construcción subjetiva desde hace 50 años a esta parte. Algunos filósofos, como es el caso del francés Georges Didi-Huberman, se han cuestionado que hay momentos en que la imagen funciona no en beneficio del ser humano, sino en su perjuicio. ¿En qué punto la imagen empieza a ser constructora de la destrucción del ser humano? 

Didi-Huberman retoma una tesis ya propuesta por Walter Benjamin, que en su famoso texto “La obra de arte en la época de la reproducción técnica” aborda la estetización de la política en el nacional socialismo, y plantea cómo ese uso del arte para llegar masivamente a la población iba en perjuicio del ser humano. 

Otro filósofo francés, Jean Luc Nancy, analiza el holocausto en su libro “La representación prohibida”. “Es un libro muy bonito, no por el contenido, sino por el sutil análisis que hace, cuando piensa: ‘si yo solamente represento lo ario llega un punto en donde, dentro de la representación del mundo, no entra otra cosa. Y cuando dentro de la representación que uno tiene del mundo no entra otra cosa, hay un paso muy pequeño a que eso que no está representado sea exterminado’”, citó Poggi. 

Claramente hay pasos previos antes de llegar a la exterminación, la pregunta que sondea el aire es ¿cómo funciona esa lógica?. “En verdad, tiene que ver con una construcción de la realidad”, afirma la docente a cargo de este espacio destinado a pensar la imagen. 



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