EMBARAZO VULNERABLE
En el marco del Día del niño por nacer
La profesión médica ha girado históricamente en torno a la solicitud de ayuda que se requiere explícitamente por la propia persona o por quienes la representan y la respuesta correspondiente por aquél que la asiste. Desde esta particular relación que se construye nuevos lenguajes aportan mayor claridad a los valores éticos que subyacen en esta vocación (llamado) de ayuda.
El concepto “vulnerable” responde a este itinerario al que se le atribuyen distintos significados; aparece por primera vez en el informe Belmont[1] en relación a sujetos y grupos vulnerables en la investigación médica y exigía debía observarse el respeto a las personas, la beneficencia en las acciones médica y la justicia. Con posterioridad se comprende que la beneficencia no se limita únicamente a realizar actos benéficos sino además esos debían procurar no dañar. Surge entonces el principio de primer orden que obliga a no dañar a otro en las atenciones de salud e identificar quienes pueden ser dañados. De ahí en la Declaración de la UNESCO sobre Bioética y Derechos Humanos[2] se incorpora el principio de vulnerabilidad.
Ciertas realidades bioéticas como el “embarazo vulnerable” utilizan el término para incluir el proceso en la vida de la mujer y la realidad de ciertas situaciones, entornos, acontecimientos que agudizan la vulnerabilidad sea por el origen del embarazo como por su desarrollo, a tal punto que conducen a la mujer a cuestionarse si interrumpir o no el embarazo.
Ciertamente la percepción de vulnerabilidad en nuestra cultura está desdibujada porque todo se legitima por la eficacia. Es oportuno recordar que la vulnerabilidad es un hecho radical e inevitable de nuestro existir y se refiere a la susceptibilidad de ser afectado o dañado por algún factor que escape al propio control. Es un principio ontológicamente anterior por expresar la finitud de la condición humana[3]. La vulnerabilidad que es evidente en todas las etapas de la vida del ser humano se hace más patente en los primeros estadios de su desarrollo donde su dignidad no es menor.
Un reciente documento del Centro de Estudio Comunidad y Justicia[4] de Chile liderado por el epidemiólogo Elard Koch cuyos resultados fueran expuestos a la comunidad internacional en Naciones Unidas en Nueva York [5] muestra que los principales factores de vulnerabilidad que pueden inducir a la mujer a tomar la decisión de abortar no se centran en el embarazo sino en situaciones externas o psicosociales y prueba que la mayoría de las mujeres embarazadas en situaciones de vulnerabilidad cuando reciben ayuda efectiva y acompañamiento integral cambian su decisión de abortar. Esto proporciona nueva evidencia para sostener que tanto los programas de prevención del aborto como aquellos que apoyan a la mujer embarazada con algún riesgo de abortar son efectivos cuando se enfocan en resolver la situación de vulnerabilidad raíz o causal del aborto y nos compromete a trabajar las problemáticas desde sus causas, único modo de ofrecer una ayuda integral a la mujer.
En una medicina que se origina a partir de fundamentos humanistas las situaciones de vulnerabilidad sólo pueden entenderse desde la primera solicitud de ayuda que funda la relación médico- paciente, junto a elementos antropológicos de la propia medicina como la compasión Somos seres interdependientes, coexistimos, convivimos y nos desarrollamos a través de otros hombres. La fragilidad tiene una dimensión positiva siendo generativa [6]
Atender a un ser humano vulnerable es un deber racional y social de carácter universal que trasciende culturas y tradiciones y pone de relieve el grado de humanidad, es decir, de ética que tiene una determinada sociedad en un determinado momento de la historia[7].
La mujer embarazada lleva en su vientre el germen de vida que es un valor y una potencia forjadora del futuro. Cuidar a la mujer significa cuidar al niño por nacer. Y cuidar al niño por nacer, implica cuidar a la mujer y también el futuro de la sociedad. Es decir, el cuidado de la mujer, del niño por nacer y de la sociedad, se retroalimentan [8].
Sería erróneo declarar en estado de vulnerabilidad per se a toda embarazada, así lo señalan las guías de CIOMS (Consejo de Organizaciones Internacionales de Ciencias Médicas), revisadas en el 2016, que en forma explícita señalan que “no debe considerarse que las mujeres embarazadas sean vulnerables simplemente porque están embarazadas”; – pautas 15 y 19-[9].
Independientemente de lo que en cada momento señalan las leyes en el ámbito clínico del embarazo vulnerable en las situaciones de justificación al aborto no todo lo permitido legalmente es éticamente correcto. Desde la perspectiva bioética algunos supuestos de aborto no convierten la práctica en algo moralmente aceptable. Se trata de dos vidas en juego y habrá que delimitar y muy bien estos casos en la legislación y justificar éticamente, pero en todos los demás casos no podemos dejar de considerar los límites de la autonomía de la madre y del médico, la dignidad de esa vida humana por nacer y el deber de justicia de proteger su vida.
Prevenir o evitar el daño y promover el bienestar son deberes propios de la justicia. Las categorías de no maleficencia, beneficencia y autonomía son relaciones concretas de dependencia no elegidas que deben construirse desde el principio de justicia base de los principios de autonomía y beneficencia. Por delante de la autonomía de la mujer y del médico y de la beneficencia posible de la madre con el aborto están las obligaciones de carácter absoluto y que no admiten excepciones impuestas por los principios de no maleficencia – no hacer daño al feto y a la propia madre – y de justicia: respetar el derecho a la vida y a la salud del no nacido.
La esperanza de la defensa de la vida radica en cada uno de nosotros, en nuestro compromiso de luchar contra el aborto, apoyar la maternidad y considerar nuestra responsabilidad para que todo embarazo culmine en un feliz parto. Como ha escrito el Papa Francisco en Evangelii Gaudium: “trabajar a largo plazo sin obsesionarse por resultados inmediatos (…), ocuparse de iniciar procesos más que de poseer espacios (…). Se trata de privilegiar las acciones que generan dinamismos nuevos en la sociedad e involucran a otras personas y grupos que las desarrollarán, hasta que fructifiquen en importantes acontecimientos históricos. Nada de ansiedad pero sí convicciones claras y tenaces”.
Mg. Carmen Ederle.
Directora del Instituto de Bioética “Jérôme Lejeune”
[1] Informe Belmont. (1979). Principios y guías éticos para la protección de los sujetos humanos en investigación. Comisión Nacional para la protección de los sujetos humanos de investigación biomédica y del comportamiento, Federal Register USA.
[2] Cf. Artículo 8 de United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization (UNESCO). (2005). Universal Declaration on Bioethics and Human Rights. Unesco.org. Recuperado de: http://www.unesco.org/new/en/social-and-human-sciences/themes/bioethics/ bioethics-and-human-rights/.
[3] Cf. Rendtorff, J. D., & Kempf, P. (2000). Basic Ethical Principles in European Bioethics and Biolaw. Barcelona: Institute Borja de Bioetica [and] Copenhagen: Centre for Ethics and Law.
[4] Centro de Estudio Comunidad y Justicia. (2015). Embarazo vulnerable, realidad y propuestas de políticas públicas. Recuperado de: www.bioeticaweb.com/embarazo-vulnerable-realidad-y-propuesta-de-politicas-publicas/ (consultado el 10-02-2020)
[5] Cfr. KOCH, E., (2013) “Impact Of Reproductive Laws On Maternal Mortality: Recent Scientific Evidence From Natural Experiments On Diferent Populations. lecture at the Life & Family event in the United Nations”. Disponible en la World Wide Web: http://www.alliancedefendingfreedom.org/MDGs
[6] João Carlos Loureiro, Derecho a la protección de la salud y vulnerabilidad, Revista Iberoamericana de Bioética / nº 05 / 01-17 [2017] [ISSN 2529-9573] DOI: 10.14422/rib.i05.y2017.004
[7] Francesc Torralba, La llamada del otro vulnerable. Hacia una fundamentación de las éticas profesionales, pdf, https://www.raco.cat/index.php/EducacioSocial/article/download/165369/382029
[8] Mollaghan 2011, www.riu.austral.edu.ar/VCongresoInternacional.pdf
[9] Council for International Organizations of Medical Sciences (CIOMS), World Health Organization (WHO). Pautas éticas internacionales para la investigación relacionada con la salud con seres humanos. Geneva, Switzerland: Council for International Organizations of Medical Sciences [Internet]. 2016. Disponible en: https://cioms.ch/wp-content/uploads/2018/01/CIOMS-EthicalGuideline_SP_WEB.pdf