Magín Ferrer da cuenta de los desafíos en su gestión como decano de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la UCSF.
En febrero de 2025, asumió el decanato de la Facultad de Derecho y Ciencia Política de la Universidad Católica de Santa Fe el magister Magín Ramón Ferrer. Pasados ya unos meses desde entonces, en una conversación franca y amable, compartió su visión sobre la unidad académica, las prioridades de su gestión y el legado de una Facultad con historia que lo inspira.
Legado y gratitud
Ferrer reconoce con profundo agradecimiento los años compartidos junto a la anterior decana, la doctora Zully Degano, quien lideró la facultad durante cuatro mandatos. “Intenté aprovechar, escuchar y absorber la enorme experiencia que ella tenía al frente de la unidad académica”, expresó. Y agregó: “Su vitalidad era algo que inspiraba a seguir y, sobre todo, los valores y principios que tenía y transmitía”.
Con afecto, Ferrer la describe como su “madre política”, con quien compartió “muchas horas de trabajo, de amarguras, de alegrías, de satisfacciones y de fracasos”. Destaca especialmente su generosidad: “Siempre fue muy generosa conmigo, me presentaba en todos los espacios. Eso me permitió crecer”, asegura sabiendo que la doctora Degano continuará ligada a la facultad y a la universidad.
Una Facultad de puertas abiertas
En la gestión anterior se habían propuesto consolidar una facultad de puertas abiertas, y Ferrer reafirma ese compromiso como eje central de su decanato. “Nos propusimos conformar un equipo de trabajo que abordara todas las cuestiones, desde la más chica a la más grande. No preocuparnos, sí, ocuparnos”, señala.
Este enfoque implicó reuniones con alumnos, docentes y otras áreas, lo que permitió diagnosticar la situación institucional y recomponer vínculos con todos los estamentos que integran la universidad. “Mi propuesta personal es continuar con esta política de puertas abiertas y llevar a la facultad al mejor nivel posible en la actualización de los procesos de educación jurídica”.
Formación jurídica en tiempos de cambio
La irrupción de la tecnología, especialmente tras la pandemia, ha transformado profundamente el ejercicio profesional del derecho. El teletrabajo, la firma digital, el uso de WhatsApp en relaciones laborales y la inteligencia artificial son algunos ejemplos. “No estamos ajenos a estos cambios y necesitamos abordarlos para incorporarlos al proceso educativo”, afirma. Su objetivo es que los egresados tengan las herramientas necesarias para no detenerse ante una realidad avasallante y de constantes vaivenes en todos los ámbitos de la vida.
En este sentido, desde la dirección de la FDCP están convencidos de la importancia de formar en el saber hacer, en el ejercicio práctico de la profesión, y en las habilidades blandas. Con este norte, actualizaron los programas de los talleres de práctica profesional en la carrera de Abogacía, y se lanzaron al ruedo nuevos planes de carrera adaptados a las necesidades del mercado laboral.
En el rediseño del plan de Martillero Público y Corredor Inmobiliario, trabajaron en estrecha vinculación con ambos colegios profesionales; en el caso de la Licenciatura en Relaciones Internacionales, lograron un nuevo plan más focalizado en la disciplina, con mayor carga de materias de neto corte internacionalista.
Ferrer aspira a que la FDCP se convierta en una facultad de renombre, primero dentro de la universidad y luego en el ámbito social. “Hay que estar, acompañar a los docentes cuando participan en jornadas, promoverlos, que proyecten. Es una tarea larga, que lleva tiempo y esfuerzo, pero vale la pena”, sostiene.
Identidad y diferencial
La trayectoria institucional, el estilo formativo y la identidad cristiana de la Universidad Católica de Santa Fe imprimen un sello distintivo a su propuesta académica, que se refleja también en las carreras de la Facultad de Derecho y Ciencia Política. En ese sentido, el decano Magín Ferrer destaca con convicción: “El perfil del egresado que nosotros buscamos es humanístico cristiano, con principios y valores que tienen que ver con la fraternidad, la igualdad y la justicia social”.
Este enfoque se complementa con una atención cercana y personalizada hacia los estudiantes. “Nos ven acá, nos pueden encontrar. Contamos con áreas que intervienen permanentemente, acompañando, previniendo y atendiendo sus problemáticas”, señala Ferrer, subrayando el compromiso institucional con el bienestar y desarrollo integral del alumnado.
La propuesta académica se caracteriza por su continuidad y estabilidad, con clases presenciales y virtuales que se sostienen más allá de las coyunturas del país. A esto se suma la calidad del cuerpo docente, integrado por profesionales de reconocida trayectoria, entre ellos jueces y referentes del ámbito jurídico y social, lo que aporta un valor agregado a la formación.
En línea con los desafíos contemporáneos, la facultad también promueve activamente el programa de movilidad internacional, que continúa creciendo y ofreciendo nuevas oportunidades de formación en el exterior.
“Me parece que la diferencia está y es notable, palpable. Creo que esa es la principal razón por la cual nos eligen”, concluyó Ferrer.

