El Palacio San Martín, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, ha sido testigo de los giros y vaivenes que caracterizan la política exterior argentina. Desde el retorno de la democracia en 1983, la falta de una política de Estado sostenida en el tiempo ha debilitado el posicionamiento del país en el escenario internacional. Ante esta realidad, un grupo de investigadores de la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF) se aboca a estudiar las causas y consecuencias de esta trayectoria incierta.
El proyecto inicial: entender el rezago argentino
Victoria Roverano y Virgilio Grotter, Magísteres en Relaciones Internacionales y miembros del equipo de investigación coordinado por el Dr. Miranda, encabezan el primer proyecto del instituto: analizar por qué Argentina, pese a contar con condiciones similares a otros países del sur global, ha quedado rezagada en su desarrollo. Roverano detalla:
“Nos preguntamos qué factores, desde la exportación de materias primas hasta la percepción del contexto internacional, han influido en este rezago. También comparamos a Argentina con países como India, Pakistán, Turquía, Arabia Saudita, y posiblemente Singapur y Sudáfrica.”
El estudio busca identificar patrones que permitan no solo entender el pasado, sino también proponer lineamientos para mejorar la inserción de Argentina en el sistema global.
Una mirada histórica y comparativa
La investigación no ignora episodios clave de la política exterior argentina. Grotter, autor de una tesis de maestría sobre el principio de “no intervención” en la política exterior argentina entre 1983 y 2007, destaca la ruptura de esa doctrina durante la Primera Guerra del Golfo en 1990.
“Fue un momento donde el país, bajo el gobierno de Carlos Menem, apostó por un alineamiento total con Estados Unidos. Sin embargo, esa ‘sobreactuación de política exterior’, como la llamo, no trajo beneficios tangibles para el desarrollo nacional.”
Grotter también compara aquel periodo con el primer año de gobierno de Javier Milei. Aunque advierte similitudes con la era de las “relaciones carnales” de los 90, subraya que el contexto actual es radicalmente distinto: “Hoy nos enfrentamos a un sistema internacional mucho más multipolar, con China, los BRICS y Rusia desafiando la hegemonía occidental. Esto exige decisiones más pragmáticas y estratégicas por parte de Argentina.”
Desafío para el futuro
Los investigadores coinciden en que la política exterior argentina deberá responder a preguntas complejas en los próximos años: ¿alinearse incondicionalmente con Estados Unidos o buscar equilibrios con China? ¿apostar al pragmatismo o ideologizar las relaciones internacionales? ¿optar por estrategias bilaterales o fortalecer el multilateralismo?
El equipo de la UCSF trabaja con el objetivo de ofrecer análisis profundos que contribuyan a estas decisiones, explorando opciones que permitan a Argentina superar su rezago y posicionarse como un actor relevante en el sur global.
“El futuro dependerá de nuestra capacidad de leer el contexto internacional con inteligencia y de construir políticas coherentes a largo plazo”, concluye Roverano.