Un docente de la carrera de Farmacia de la Universidad Católica de Santa Fe fue el primero en concluir el doctorado en Ciencias de la Salud fruto del convenio entre la UCSF y la Federación Universitaria de Río Grande do Sul (FURG).
Emilio Romano Palacín es médico especialista en Cirugía General y profesor titular de la cátedra de Fisiología en la carrera de Farmacia de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UCSF. Con una maestría en docencia universitaria, transitó exitosamente un doctorado donde indagó sobre la aplicación de ciertas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) al complejo proceso de enseñanza-aprendizaje.
“Emilio avanzó fuertemente y es hoy el primer fruto del convenio firmado cinco años atrás entre nuestra Casa de Estudios y la FURG. Alcanzó el grado de doctor con su tesis donde aborda un tema tan importante como es el aprendizaje basado en el alumno en este tiempo de virtualidad, a través del aula invertida o flipped classroom”, destacó el Dr. Guillermo Kerz, vicerrector Académico de la UCSF, y codirector del flamante doctor.
Su estudio sobre el aula invertida y la presencialidad llevada a la virtualidad examina la implementación del aula invertida en la carrera de Farmacia. El objetivo principal fue documentar el uso de las TICs durante el proceso de enseñanza y aprendizaje, y evaluar su impacto en la calidad educativa, la participación estudiantil y el rendimiento académico.
A través de un enfoque mixto que incluye análisis de datos cuantitativos y cualitativos, investigó cómo estudiantes y docentes perciben y utilizan el aula invertida en modalidades presenciales, virtuales y híbridas. Los resultados muestran una percepción positiva de la metodología, destacando su capacidad para fomentar una participación activa y un aprendizaje más significativo.
Sin embargo, también se identificaron desafíos como el acceso desigual a Internet y la carga adicional de trabajo para los docentes. El estudio concluye que, aunque el aula invertida presenta ventajas significativas, es fundamental abordar los desafíos mencionados y proporcionar el apoyo necesario para optimizar su implementación y maximizar los beneficios educativos.
Flipped classroom
El aula invertida o flipped classroom es un modelo pedagógico en el que se invierte el orden de una clase convencional por lo que el alumno, gracias a las TICs, se documenta y prepara sobre un tema planteado antes de la clase presencial a fin de profundizar en el conocimiento.
Este planteamiento se sustenta en el aprendizaje activo frente al pasivo propuesto por los métodos tradicionales y surge con la revolución del e-learning como un método mixto, que combina la educación presencial con la educación a distancia gracias a las posibilidades que brinda la tecnología.
El estudio realizado por Emilio Romano permitió alcanzar una visión detallada y crítica sobre el impacto del aula invertida en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Entre las conclusiones finales se encontró que esta metodología fue recibida positivamente tanto por los docentes como por los estudiantes, quienes valoraron poder revisar el material a su propio ritmo y la interacción en clase.
Por su parte, la modalidad híbrida -que combina elementos presenciales y virtuales- ha sido bien recibida por la flexibilidad que proporciona y el enriquecimiento del entorno de aprendizaje, que permite a los estudiantes beneficiarse tanto de la interacción directa con los docentes como de la autonomía en el estudio.
Algunos desafíos
El estudio también dejó en claro algunas áreas que requieren atención para optimizar los resultados de esta metodología de enseñanza-aprendizaje. La dificultad para acceder a Internet en algunos casos, y la variabilidad en la participación de los estudiantes han sido obstáculos importantes. La carga adicional de trabajo para los docentes fue otro punto de mejora.
En este sentido, queda claro que esta metodología no consiste únicamente en introducir la tecnología en la clase, sino de reemplazar algunas actividades de aprendizaje por otras apoyadas en las TICs. Este modelo pedagógico requiere de un profesorado que cuente con las habilidades, así como con los medios y los recursos necesarios para poder “dar la vuelta a la clase” con éxito.
Para mejorar la efectividad del aula invertida y abordar los desafíos identificados, Romano recomienda proporcionar capacitación adicional para los docentes y considerar un enfoque gradual en la implementación de nuevas metodologías. Además, es crucial garantizar que todos los estudiantes tengan acceso adecuado a las tecnologías necesarias para participar plenamente en esta modalidad.
En resumen, el aula invertida representa una metodología prometedora que, cuando se combina con un enfoque híbrido y se adapta a las necesidades específicas de estudiantes y docentes, puede ofrecer una experiencia educativa enriquecedora.
