Se publicó una investigación sobre el impacto de los etiquetados frontales en los alimentos empaquetados en la que participa la Universidad Católica de Santa Fe representando a la Argentina. La Magíster Natalia Romero Mathieu fue coordinadora regional junto a docentes, alumnos y graduados de la Facultad de Ciencias de la Salud.
El artículo “El impacto de los etiquetados frontales en la aceptabilidad y comprensión objetiva: Un experimento aleatorizado en adultos latinoamericanos” se basa en una investigación desarrollada entre Argentina, Colombia, Ecuador, México y Panamá, donde se encuestaron 8890 consumidores sobre la efectividad de los sistemas de etiquetado frontal de alimentos.

Participación de la UCSF
Natalia Romero Mathieu es docente de la UCSF y participó como coordinadora regional en nuestro país junto a la UBA, y las universidades nacionales de Lanús, Salta, Formosa, Catamarca y San Luis, siendo la UCSF la única institución privada.
Desde la UCSF invitaron a docentes, graduados y estudiantes del último año de Nutrición a participar de manera voluntaria en el trabajo de campo durante 3 meses, encuestando a los consumidores.
Los requisitos de los encuestados eran: ser mayores de 18 años y no estar vinculados a la industria alimentaria ni de la salud. Además, tenían que hacer compras de productos empaquetados al menos 2 veces al mes.
“Principalmente se compararon las formas de interpretación de los diferentes sistemas de etiquetado. Las encuestas eran virtuales, por lo que a cada participante le tocaba aleatoriamente responder distintas preguntas sobre los tipos de etiquetados y después se simulaba una compra virtual. Una vez terminado todo esto, se procesaron los datos en México, que son los organizadores de la investigación”, explicó la magíster Romero Mathieu.
Resultados
El estudio arrojó que, en América Latina, en materia de conocimiento, sensibilización y maneras de comprar, cada región presenta comportamientos diversos. Sin embargo, “el consenso en los cinco países es que los octógonos nos ayudan a identificar más fácilmente cuáles son aquellos productos que no son tan saludables y que tienen mayor cantidad de nutrientes críticos, aquellos relacionados con el sobrepeso, la obesidad, la hipertensión”, dijo la investigadora.
Otra de las definiciones que deja este estudio es que los octógonos nos permiten comparar características dentro de productos similares, es decir, que, entre 3 paquetes de galletitas, se recomienda elegir el que tenga menos octógonos, porque justamente tiene menos nutrientes críticos malos. Explica Romero Mathieu que lo que se debe intentar es hacer comparaciones dentro de productos similares, y no unas galletitas con un yogur, por ejemplo.
“Este tipo de etiquetado nos ayuda como una herramienta de salud pública porque vemos ciertos productos que creíamos saludables como el yogur, las barritas de cereal o los quesos untables, que tienen muchos aditivos, conservantes, azúcar, sodio, y no son tan saludables. Eso nos lleva a ser un poco más conscientes de lo que estamos eligiendo en relación con este tipo de productos que vienen ya empaquetados”, afirma.
En línea con estas costumbres, la profesional recomienda que, siempre que podamos, volvamos a los productos caseros, a cocinar para tratar de que no haya tantos paquetes, “pero a veces, obviamente, con el día a día, los paquetes son necesarios”, reconoce.
Continuidad y perspectivas
Sobre la posibilidad de tener información certera específicamente en nuestro país, la docente de la UCSF explicó que “la idea es tomar esta base de datos para hacer algún tipo de publicación nacional y, por otro lado, ver la posibilidad de replicar el estudio en países que no estén implementando este tipo de etiquetado para ver qué información arrojan”.
Esta es una herramienta más y no podemos afirmar que el etiquetado frontal va a hacernos elegir mejor, por eso es necesario que este tipo de herramientas vaya acompañado por políticas públicas vinculadas con educación alimentaria y regulaciones en publicidad y marketing.
Explica Natalia que la regulación del marketing y la publicidad no es un tema menor, principalmente los destinados a las infancias: “Es importante que se regule la publicidad de esos productos porque ya no pueden tener un personaje reconocido, un dibujito o entregar regalos”.
Actualmente en Argentina, a partir de la ley de etiquetado frontal, los consumidores tienen mucha más sensibilidad para poder leer los octógonos. “Lo importante del etiquetado frontal es que está en el frente del paquete y nos permite una lectura rápida para poder elegir de manera más objetiva. Todavía no hay investigaciones en nuestro país sobre cambios a partir de la implementación del etiquetado, pero sí en otros países, que muestran mejoras en las elecciones, e incluso mejoras en la industria alimentaria, que ha empezado a cambiar algunos productos”, afirma.
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